Laura y la ciudad de las muñecas

"Laura y la ciudad de las muñecas". Pedro A. Barceló Bauzá.

Es un cuento dedicado a la “ilusión” de las niñas por sus muñecas. Marina era una niña  de ocho años con esta ilusión y siendo pobre le regalan una fea y antigua muñeca de madera. Su deseo de tener una casita para su muñeca le lleva a conocer al carpintero del pueblo llamado “Tatus” que era nieto del carpintero que dio vida a conocido Pinocho. Este había heredado el “Don” de infundir vida a la madera, como su abuelo y cuando le dio la casita a Marina infundio la vida a su muñeca para que viviera en ella cada vez que la introducían, convirtiéndose en una preciosa muchacha de unos dieciséis años a la que llamaron Laura. Con el tiempo Laura se sentía sola y “Tatus” decidió por petición de Marina construirle una ciudad entera de madera, con otras muñecas y muñecos vivos, casitas, iglesia, coches y todo lo necesario para vivir cómodamente a la que llamaron “la ciudad de las muñecas”. Pero “Tatus” y Marina no contaron en que al estar vivas las muñecas, como las personas reales, también podrían existir muñecas malas y aquello complicó las cosas. La inteligencia y valentía de Laura hizo que las demás muñecas la nom- braran reina de la ciudad cuya misión sería poner orden y controlar el mal que había aparecido. Pero la ilusión por las muñecas de Marina  así como las otras niñas de su edad terminaría debilitándose cuando llegaron a los doce años y la ciudad de las muñecas estaba condenada a desaparecer y sus muñecas volver a su estado original. Solo el plan ideado por “Tatus” podía salvar de las muñecas de una muerte segura. Aquel plan funcionó a la perfección y la ciudad pudo continuar su existencia gracias a la ilusión de nuevas niñas de unos siete años que sustituyeron a las que habían alcanzado los doce años. Solo la ilusión de las niñas podía permitir la fantasía y la magia para que todo aquello perdurara en el tiempo.