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AITOR YRAOLA
EL DORADO
Dejad que la gente misma pondere acerca de su vacuidad. Una persona de honesta condición que viaje por tierras extranjeras observará que su viaje le llevará entre enemigos, amigos e inopinadamente, y contra su voluntad, se verá envuelto en la adversidad y la desgracia, requerirá dinero y otras necesidades de la vida, pero en verdad solo contará con la elección de dirigirse hacia el mar o tierra firme. ¿Qué hará entonces? Él pues considerará su honor y rectitud de conciencia, y se alejará de las multitudes que vagan por la tierra robando y hurtando. Si resultara ser una persona de estima que Dios ha concedido decencia y otras sobrias cualidades; así que no yerre e implore su camino por la tierra. Dios solo sabe lo que yo, pobre de mí, he tenido que sufrir de tarde en tarde por tierras extrañas arribando a lugares donde pude aprender y conocer el mundo, y Dios solo sabe que he procurado cuidar de cometer faltas graves lo humanamente posible, pero confieso no obstante que a veces me he comportado como un caballero y otras como un pobre diablo.
Albert Wendt: Le Auro, 1976.